
Cum Grano Salis. Ciclo de música inmersiva
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Capilla de los Arquitectos. Iglesia de San Sebastian.
Calle Atocha, 39
7 de Marzo – 20:30 h: La Meditación del agua. Menhir
21 de Marzo – 20:30 h: Levitación. Luis Hernáiz
4 de Abril – 20:30 h: Latido. Lucas Bolaño
18 de Abril – 20:30 h: Disolución. Alberto Bernal
Fin de ciclo con:
2 de Mayo- 20:30 h: Re-nacimiento. Fernando Monedero con las voces grabadas del coro Taizé.
Director artístico: Jose Delgado Perignan.
Director técnico: Fernando Monedero
Precio de entrada: Voluntario. Recomendación 5 €. (Toda la recaudación se destina íntegramente a músicos y técnicos)
CUM GRANO SALIS (con un grano de sal), es el título de este ciclo de música inmersiva que se enmarca dentro del proyecto expositivo Museo de Pasiones de Javier Viver, que tiene su sede principal en el Museo Lázaro Galdiano (del 5 de febrero al 4 de mayo) y su subsede en la Capilla de los Arquitectos de la Real Congregación de Arquitectos de Nuestra Señora de Belén en su huida a Egipto (del 13 de febrero al 4 de mayo).
El espacio de culto no deja de convertirse en espacio de reflexión para pasar a convertirse también en espacio expositivo y de búsqueda de lo no dicho de lo indecible. Javier Viver, otorgará corporeidad a la planta de la capilla, en forma de cruz griega, a través de la utilización de grandes murales impresos. Estás imágenes fotográficas serán de manos extraídas de su libro Révélations (Premio Nacional de Libro de Artista en 2015), realizado a partir de imágenes del psiquiátrico de la Iconografía de la Salprêtrière de París. También ofrecerá una imagen como representación de la cabeza, a través de una inmensa fotografía de 9 metros de altura y 5 metros de ancho que cubrirá el altar de la capilla con una imagen de microscopía electrónica del libro Aurelia Immortal que, aunque a una escala irreconocible para los seres humanos, está realizada a partir de un pétalo de flor, que se refiere a los motivos florales que el arquitecto de la cúpula usó para realizar los ornamentos de la misma. También podrían parecer estas texturas microscópicas las neuronas del cerebro humano. Por último, el corazón está representado por Viver con una escultura de sal, figurativa y a tamaño natural, que liga a esta sede de la exposición con la escultura monumental que estará expuesta en el Museo Lázaro Galdiano y que representa a La mujer de Lot en una reflexión sobre nuestra mirada al pasado a través de la historia del arte y de los símbolos creados por la humanidad. Es precisamente esta pieza la que otorga título a la muestra que se sitúa en la Iglesia de San Sebastián, Un corazón que late. De esa forma, el público que asista a contemplar sus piezas o las obras sonoras que conforman este ciclo se convertirán en células vivas del interior de un cuerpo. Células que escuchan, conscientes de la inmensidad del espacio que las alberga y proyectadas al cosmos al que apunta la cúpula celeste bajo la que se encuentran.
El ciclo nace a partir de la pretensión del artista de introducir el sonido del latido en la exposición en referencia a esta escultura central. Pensar en cómo se comportaría ese sonido en ese espacio en concreto, animan a crear este ciclo que pretende ofrecer una sensación nueva a través de obras electroacústicas multicanal, que den la posibilidad de ofrecer las propuestas de manera circular en torno al público de forma que la escultura de sal se sitúa en el suelo, justo debajo del centro de la cúpula y en torno a ella los músicos y el público, rodeados todos ellos por una serie de altavoces conectados al sistema envolvente que propone Fernando Monedero, creador sonoro, pero también técnico de sonido familiarizado con estos sistemas más complejos.
La principal particularidad de este ciclo es, por tanto, la pretensión de inmersión que pretende generar en el público y que pretende no sólo servirse de la especial acústica de la arquitectura que lo acoge si no de su función espiritual y su carga simbólica. Si Javier Viver atiende a la planta en cruz de la arquitectura (el cuerpo), estas propuestas sonoras atienden al círculo a partir del cual surge la semiesfera de la cúpula que apunta al cielo (al espíritu), pues nos invita a la introspección y a la reflexión.
El diseño de Fernándo Monedero, que se usará para todas las propuestas que participan en el ciclo, proyecta el sonido a partir de varias fuentes que dibujan un círculo y la semiesfera que representa la cúpula celeste del cosmos.
Circular es también el concepto al que atienden los autores que participan. Nacimiento, meditación, levitación, latido, disolución (o muerte) y re-nacimiento.
Precio de entrada voluntario. Recomendación 5 €. Toda la recaudación se destina íntegramente a músicos y técnicos.